BOHECHÍO (Cacique)
jueves, 30 de octubre de 2014
Bohechío o Behechío (¿-?). Cacique de Jaragua, hermano de
Anacaona, a quien Bartolomé Colón visitó en su residencia.
El primer europeo en pisar la tierra de Behechío fue
Bartolomé Colón, hermano del descubridor de América, quien SALIÓ de la ciudad
de Santo Domingo con una tropa y, después de un largo recorrido, llegó a
orillas del río Neiba, donde tropezó con numerosos indígenas armados con arcos
y flechas en son de guerra.
Al parecer, Behechío había tenido noticias del
trágico fin de Caonabo y había enviado a sus hombres a combatir al Adelantado
para no correr la misma suerte.
Viendo a tantos hombres, Bartolomé Colón les
dio a entender que no había ido a pelear, sino a ver a su cacique para
festejarlo. Creyendo los indios en sus palabras, enviaron mensajeros a Behechío
para que él y Anacaona fueran a recibir a los españoles y los agasajaran.
Después de otro largo trayecto, Bartolomé y su tropa
llegaron al principal poblado de Jaragua, donde se habían juntado numerosos
nitaínos y súbditos con el fin de obsequiarlos con areitos. De entre la
muchedumbre sobresalían 30 mujeres cubiertas desde la cintura a la media pierna
con unas faldas cortas de algodón llamadas naguas, quienes se dedicaron a
cantar y bailar alegremente. Después de una espléndida cena compuesta de carne
de jutía, pescados y casabe, Behechío le cedió a Bartolomé su residencia para que
durmiera en ella.
Al día siguiente, Bartolomé y su hueste se reunieron en la
plaza para ser objeto de un nuevo homenaje. Estando en ella aparecieron dos
grupos de indígenas con arcos y flechas que empezaron a luchar entre sí con
tanto ardor y coraje como si lo hicieran contra sus enemigos. Murieron cuatro
de ellos y otros quedaron seriamente heridos sin que los demás indios se
preocuparan de lo ocurrido, por lo que el Adelantado tuvo que pedirle a
Behechío que detuviera la contienda para evitar más muertes.
El Padre Las Casas afirma que de todos los caciques de la
isla, el más ilustre y de mayores cualidades era Behechío, bajo cuyo mandato
tenía cerca de 200 nitaínos. Los habitantes de Jaragua, según Las Casas, se
distinguían por su lenguaje de tonos más suaves y armoniosos que los de los
demás de la isla, sus finas facciones y la buena disposición de sus cuerpos y
ademanes.
Caonabo
Caonabo (¿-?). Cacique de Maguana, natural de la isla de
Guadalupe. Su trágico fin está ligado al
del fuerte
de la Navidad.
En la noche del 25 de diciembre de 1492, la carabela Santa
María naufragó en la costa occidental de Santo Domingo. Como La Pinta había
desaparecido y en la única nave que quedaba no cabían dos tripulaciones,
Cristóbal Colón ordenó construir con los restos de la primera un fuerte que
bautizó con el nombre de Navidad por la fecha en que ocurrió el accidente. En
él dejó a 38 hombres, al frente de los cuales designó a Diego de Arana.
A su llegada en el segundo viaje, y después de once meses de
ausencia, Colón se enteró de la matanza de los españoles del fuerte, que había
sido ordenada por los caciques Caonabo y Mairení. La causa había sido, al
parecer, que los españoles habían tomado a la fuerza mujeres nativas.
Decidido a vengar la muerte de los hombres del fuerte, Colón
mandó a Alonso de Ojeda con nueve españoles a Maguana para capturar a Caonabo,
pero como luchar contra él era muy arriesgado ya que contaba con muchos hombres
aguerridos, el capitán recurrió a un ardid. Los indígenas tenían en gran estima
el latón y otros metales que los españoles llevaban, y les llamaban turey por
creer que procedían del cielo, pues tal era el nombre de este. Por tanto, Ojeda
recurrió a unas esposas y unos grillos muy bien labrados y bruñidos,
asegurándole a Caonabo que eran un presente de Colón. El astuto capitán le dio
a entender que habían venido del cielo y que los reyes de Castilla se adornaban
con ellos.
Después le solicitó que fuese con él al río Yaque a lavarse, donde
le pondría los tureyes y lo montaría en un caballo para que sus hombres lo
admirasen. Sin ningún temor a que los españoles le hiciesen daño por estar en
su tierra y tener muchos indios a sus órdenes, Caonabo acudió al río y Ojeda lo
puso sobre su cabalgadura, sujetándole las manos y los pies con las esposas y
cadenas, para luego regresar a La Isabela con él mientras fingía que paseaban.
Se cuenta que estando Caonabo preso en la casa de Colón,
cada vez que Ojeda entraba a verlo se levantaba y lo reverenciaba. Preguntado
por qué no hacía lo mismo con el Almirante, ya que Ojeda era inferior en rango,
respondía que el descubridor no había osado ir a su tierra a apresarlo y en
cambio el capitán sí.
Al cabo de un tiempo, Colón decidió llevar a Caonabo a
España junto con unos 600 esclavos capturados en el Cibao. Cuando ya los navíos
estaban listos para zarpar, se desencadenó una fuerte tormenta que los hundió.
Perecieron todos salvo las tripulaciones, que llegaron a nado a tierra.
El bachiller Andrés Bernáldez, cura de los Palacios, ofrece
en su obra Historia de los Reyes Católicos otra versión acerca de la muerte de
Caonabo, expresando que falleció de una dolencia durante el viaje a España. En
cambio, Fernando Colón, en la biografía que escribió de su padre, asegura que
fue apresado por los españoles en una batalla que el Almirante sostuvo con los
indígenas de Maguana, y que luego este lo envió a España con un hermano suyo.
Esa aseveración es falsa, ya que el combate, dirigido por Ojeda, tuvo lugar
después de la prisión del cacique.
Cristóbal Colón difiere de Mártir de Anglería, el cronista
que refiere la captura de Caonabo en la forma que hemos narrado, y de su hijo.
En las instrucciones que dio a mosén Pedro Margarite para que hiciese la guerra
a los indios, le encomendó que mandase a un tal Contreras a Maguana para que,
una vez lograda la amistad del cacique, lo vistiese con una camisa y una
capucha y lo amarrara con un cinturón. Las instrucciones le fueron entregadas a
Margarite por Ojeda.
El cacicazgo de Caonabo era muy extenso. Según Fernández de
Oviedo, tenía como ayudante a un nitaíno de nombre Uxmatex, conocido y temido
por su valentía. la provincia.
Anacaona,Famosa Cacica de Origen Haitiano
Anacaona,
fue el nombre de una famosa cacica de origen haitiano. Esposa de Caonabo, cacique de Maguana y hermana de Bohechío,
cacique del cacicazgo de Jaragua. Mujer de gran belleza, inteligencia y gracia,
que atrajo la atención de los primeros conquistadores españoles. Fue
considerada la poetisa más famosa entre los indios. Según los cronistas, su
nombre significaba en lengua aborigen “Flor de Oro”.
A pesar de que en un principio ella sintió gran admiración
por los españoles, a quienes consideró superiores, el continuo abuso que estos
cometían contra los indígenas, junto a la prohibición por parte de Roldán del
matrimonio entre Hernando de Guevara y su hija Higüemota, convirtió en odio y
antipatía esa admiración.
A la muerte de su hermano quedó gobernando el cacicazgo de
Jaragua.
Encontrándose Ovando como gobernador de Santo Domingo, éste recibió
una denuncia —probablemente falsa— de que Anacaona estaba preparando una
conspiración en sus dominios. El Comendador de Lares creyó que la única medida
para evitar tal cosa era acabar con los habitantes y gobernantes de tales dominios.
Para poner en práctica su idea, se inventó un ardid y se
dirigió a Jaragua acompañado de 300 infantes y 70 jinetes bien armados. Lo que
anunció como “una visita pacífica” se convirtió en la masacre de los indios y
caciques que había reunido Anacaona para preparar la fiesta de recibimiento.
Anacaona fue amarrada, vejada y más luego ahorcada en tierras del mencionado
cacicazgo; los indios que pudieron salvarse de esa brutal matanza, fueron
sometidos a la esclavitud.
La Captura y Muerte de Anacaona
Obando quién no contento con la aniquilación, se percató que
faltaba Anacaona por ser asesinada y es así como inició una estrecha búsqueda
hasta que la capturaron. Anakaona fue torturada, vejada, colgada y su cuerpo
expuesto a los indígenas de la provincia.
María Cristina de Habsburgo-Lorena
miércoles, 29 de octubre de 2014
La segunda reina,
María Cristina de Habsburgo-Lorena (1858-1929)
Cuando el 26 de junio de 1878, la amada reina y esposa de
Alfonso XII, María de las Mercedes, fallecía de manera prematura, acababa de
cumplir los dieciocho años, el rey español quedó sumido en la tristeza y la
desesperación. Aquel matrimonio había sido un enlace basado en el amor mutuo,
por lo que la pronta desaparición de la reina, amada no sólo por su marido sino
también por sus súbditos, fue una desgracia para la corona. Y para la dinastía,
pues la jovencísima María de las Mercedes no había tenido tiempo de dar un
heredero al trono español. Urgía por tanto, buscar una nueva esposa, reina y
futura madre de un príncipe. La elección recayó en una prima lejana del
emperador Francisco José. Una mujer poco agraciada físicamente pero culta,
inteligente y preparada para llevar las riendas de un país que tuvo que dirigir
a la muerte de su esposo. María Cristina fue una buena reina y regente al tener
que gobernar sola durante la minoría de edad de su hijo, Alfonso XIII. Pero fue
también una mujer triste que nunca pudo llegar a lo más profundo del corazón de
su marido.
María Cristina Desiré Enriqueta Felicidad Raniera de
Habsburgo-Lorena
Nació el 21 de julio de 1858 en el castillo Židlochovice en
Moravia, entonces territorio del imperio Austriaco. María Cristina era miembro
de la familia imperial, puesto que su padre era el archiduque Carlos Fernando
de Austria y su madre, la archiduquesa Isabel Francisca de Austria, era prima
segunda del emperador Francisco José de Austria.
Crista, como la llamaban cariñosamente en familia, tuvo una
infancia tranquila junto a sus hermanos y a caballo entre su hogar y la corte
vienesa, recibió una exquisita educación digna de una archiduquesa. Siendo una
jovencita, Crista ingresó en el Capítulo de Nobles Canonesas de Praga, un centro
en el que las hijas de las familias nobles y aristocráticas pasaban un tiempo
retiradas y dedicadas al estudio antes de contraer matrimonio.
Fue allí, en Praga, donde María Cristina recibió la noticia
de su elección por parte del rey de España para convertirla en su esposa.
Crista ya había tenido un breve encuentro con Alfonso XII cuando este era un
joven estudiante del Theresianum de Viena y se había llevado una muy grata
impresión.
Arcachon, una localidad del sur de Francia, fue el lugar
escogido para el primer encuentro oficial entre Alfonso XII y la que se iba a
convertir en su segunda esposa. A pesar de que el rey, aun afectado por la
prematura desaparición de su amada María de las Mercedes, no tenía ningún
interés en volver a casarse y tanto le daba una mujer que otra, aceptó con
cordialidad a Crista. No en vano, el primer gesto de la que iba a ser nueva
reina de España, fue colocar un retrato de la difunta Mercedes sobre el piano
de una de las SALAS en la que se encontraron.
Así, el 29 de noviembre de 1879, la basílica de Atocha era
de nuevo el escenario de una boda real en un Madrid que no aceptaría con tan
buen grado a la nueva reina austriaca, con poco atractivo físico y de apariencia
lejana.
María Cristina con Alfonso XII |
María Cristina tuvo entonces que luchar contra el rechazo
generalizado, la ansiedad de dar un heredero al trono y la indiferencia de su
esposo, mientras recibía lecciones de realeza de la mano de su suegra, Isabel
II.
Después de dos nacimientos reales, en los que María Cristina
trajo al mundo a dos niñas, la reina volvió a quedarse embarazada. Alfonso XII,
quien solamente en los últimos años se acercó más a su esposa, nunca supo que
Crista llevaba en su seno al ansiado heredero. El rey fallecía seis meses antes
del nacimiento de su hijo, Alfonso, el 17 de mayo de 1886.
María Cristina con sus tres hijos |
Empezaba en aquel tiempo una nueva y dura etapa en la vida
de la reina viuda. Durante diecisiete años, María Cristina ejerció la regencia
con sabiduría y rigor. Asesorada por Mateo Sagasta, dirigió los designios de su
país de adopción hasta que en 1902 su hijo era considerado mayor de edad y pasó
a reinar como Alfonso XIII. Desde entonces y hasta su muerte el 6 de febrero de
1929 tuvo una vida tranquila, dedicada a obras de caridad.
Su cuerpo descansa en el Panteón de reyes y reinas de
El Escorial
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María Cristina de Habsburgo-Lorena
Publicado por
PABLO
en
miércoles, octubre 29, 2014
Dido Elizabeth Belle
La aristócrata
esclava, Dido Elizabeth Belle (1761-1804)
Dido Elizabeth Belle |
Desde que el mundo occidental empezó a descubrir, invadir,
colonizar y esclavizar a negros e indígenas en África o América Latina, fueron
muchos los hijos ilegítimos habidos entre los invasores y las mujeres nativas.
A menudo dichos hijos eran rechazados y tratados como inferiores por su mezcla
de pieles y razas. Pero hubo una mujer, mestiza, que tuvo una vida excepcional
y con un destino desconocido hasta el momento. Hija de un aristócrata inglés y
una esclava negra, terminó sus días en la Inglaterra esclavista del siglo XVIII
como una exótica dama de la alta sociedad londinense.
Dido Elizabeth Belle nació en 1761 en las Indias
Occidentales como una de las miles de criaturas habidas entre colonos e
indígenas. Dido era hija de la esclava de origen africano conocida como Maria
Belle y Sir John Lindsay, un capitán de la armada británica. Sir John Lindsay
habría encontrado a María en un barco de bandera española capturado en el
Caribe. Convertida en su concubina, María habría dado a luz a una niña mestiza.
Contra todo convencionalismo, cuando Sir John Lindsay volvió
a Inglaterra en 1765, se llevó con él a la pequeña. En Londres, decidió dejar a
Dido bajo la protección de su tío William Murray, Conde de Mansfield y su
esposa, Lady Margery Murray, quienes no tenían hijos. Dido fue bautizada como
Dido Elizabeth Belle en 1766 en la Iglesia de Saint George en Bloomsbury.
Dido con Elizabeth Murray |
Dido pasó su infancia en el hogar de los Murray en
Hampstead, cerca de Londres, junto a una sobrina huérfana, Lady Elizabeth
Murray. La relación entre Dido y Lady Elizabeth que quedó clara, pues podría
haber sido en un principio una compañera de juegos para terminar convirtiéndose
en su doncella o dama de compañía, pero es poco probable que fuera tratada como
una sirvienta o una esclava.
Fuera cual fuera su relación respecto a Elizabeth, lo cierto
es que Dido permaneció unos treinta años en Kenwood House, el hogar de los
Murray, provocando una extraña y excepcional situación. Y es que Dido, hija de
una esclava, era, según la ley, esclava también. Pero Dido fue educada como
Elizabeth, aprendió a leer y escribir y fue tratada como un miembro más de la
familia.
Lord Mansfield, sabedor de la situación excepcional de Dido,
escribió su testamento en 1783 en el que confirmaba la libertad de su hija
adoptiva, además de legarle una importante suma de dinero que recibiría diez
años después, cuando William Murray falleció.
Poco tiempo después de la muerte del conde, Dido se casó con
John Davinier, un hombre de origen francés con el que llegó a tener tres hijos.
Dido Elizabeth Belle falleció en 1804, sobreviviendo a su
marido y pasando a la historia como una mujer con un destino privilegiado a
pesar de su nacimiento.
La escultora maldita
La escultora maldita, Camille Claudel (1864-1943)
La belleza y el talento de la obra artística de Camille Claudel se vio siempre ensombrecida por la tormentosa relación que mantuvo con su mentor y amante Auguste Rodin. Un amor enfermizo en el que el gran escultor no supo entender nunca los profundos sentimientos de una mujer que habría dado su existencia por él. Con promesas incumplidas de amor eterno, Rodin mantuvo a su joven alumna a su lado a pesar de no querer nunca abandonar a su verdadera pareja, Rose Beuret. En el plano artístico, a pesar de que Camille se situó a la altura del maestro y creó esculturas de alto valor, siempre se le supuso menos capacidad que a Rodin, quien muchos creyeron autor verdadero de su obra. Como en muchos otros casos, es más que probable que si Camille Claudel hubiera nacido hombre, otro hubiera sido su reconocimiento.
Camille Claudel nació el 8 de diciembre de 1864 en Fère-en-Tardenois, Aisne. Desde bien pequeña disfrutaba moldeando el barro como si fuera un juego. Pero ya entonces empezó a mostrar su gran capacidad para reflejar en aquel material inerte los rostros de sus seres queridos. Lo que empezó como una mera distracción, se convirtió en una pasión que no gustó en absoluto a su familia, quienes esperaban de ella que siguiera el camino de las chicas de su tiempo, el que las dirigía exclusivamente al interior del hogar.
La joven aspirante a escultora encontró su oportunidad cuando la familia Claudel se trasladó a vivir a París. Corría el año 1881 y Camille tenía diecisiete años. Con la ayuda de su hermano, quien fue siempre su principal apoyo, el que se convertiría en el famoso escritor Paul Claudel, fue admitida en la Academia de Arte dirigida por Alferd Boucher donde un reputado escultor ejercía de maestro. Era Auguste Rodin y pronto se percató del talento artístico de la joven Camille a la que incorporó sin dudarlo a su equipo de trabajo.
De alumna pasaría pronto a convertirse en musa, para escándalo de su madre tradicionalista, pues el rostro de Camille empezó a aparecer de manera constante en la obra de Rodin. Y de musa, a amante, viviendo un tiempo dorado y soñado por aquella niña que jugaba a ser escultora. Camille Claudel se convirtió en compañera del gran escultor al que acompañaba a las reuniones artísticas de la capital y del que aprendió el arte de esculpir llegando a alcanzar, sino superar, el talento de Rodin.
Sakountala |
Fueron años de amplia creación artística por parte de la ya escultora Camille quien, sin embargo, era objeto de comentarios desafortunados que ponían en duda su capacidad artística. La sombra del maestro era demasiado larga y muchos pensaron que sus geniales creaciones eran obra de Rodin o realizadas con su ayuda. Era impensable que aquella joven hermosa y de aspecto frágil fuera capaz de crear esculturas como la bella Sakountala. Empezó entonces una relación tormentosa, en la que Camille seguía perdidamente enamorada del hombre al que también odiaba por recibir reconocimiento público, constantes encargos y alabanzas en todas sus exposiciones, mientras ella no escapaba del cliché de alumna aventajada.
El distanciamiento entre ambos terminó en ruptura en 1898 cuando Camille fue del todo consciente de que las promesas de amor de Rodin eran palabras vacías. Él nunca dejaría a su amada Rose, con la que terminaría casándose al final de sus días, traicionando a la desdichada Camille.
Empezó entonces un período obsesivo de creación del que nació una de sus esculturas más famosas, La edad madura, en la que aparece una figura femenina arrodillada agarrando a un hombre que se lo lleva una mujer adulta con rostro siniestro. Toda una alegoría de su existencia.
La Edad Madura |
Encerrada durante años en su piso, Camille Claudel terminó enloqueciendo. Hacia 1905 sus miedos empezaron a aflorar haciendo de ella una mujer demente que destruía todas sus creaciones sistemáticamente, entre ellas una serie de bustos infantiles en los que parece ser que habría enterrado su frustración por no haber podido ser madre. Años atrás había perdido un bebé cuyo padre, Rodin, habría obligado a abortar.
Esculpindo una Obra |
Cuando en 1913 fallecía su padre, Camille se sintió completamente sola. Su hermano, que estaba en la lejana China ejerciendo de diplomático no pudo consolarla ni salvarla de su trágico final. Un final al que la condujo su propia madre quien hizo ingresarla en el sanatorio de Ville-Evrad. El diagnóstico oficial fue manía persecutoria y delirios de grandeza. Las cartas descubiertas años después descubrieron a una mujer en su sano juicio que fue manipulada y maltratada por su entorno.
Camille Claudel terminó sus días en el sanatorio de Montdevergues, sola, aislada y olvidada por todos. El 19 de octubre de 1943 terminaba su larga penitencia, como ella misma lo calificó, de treinta años de reclusión injusta.
Auguste Rodin había fallecido muchos años antes, en 1917. Mientras su cuerpo descansa junto al de su amada Rose, su obra, paradójicamente, permanece junto a la de su amante Camille Claudel. El Museo Rodin es el que recoge el número más grande de obras de la escultora.
La Condesa Sangrienta
En las oscuras tierras de Transilvania, los cuentos y leyendas de terror acerca de vampiros y hombres lobo se entrecruzan con la horrible existencia real de hombres y mujeres que pasaron a formar parte de la triste historia de los asesinos en serie.
Una de ellas, una condesa de alta cuna, conocida con el sobrenombre de “la condesa sangrienta”, ostenta un terrible récord de asesinatos, más de 650, en una macabra búsqueda de la belleza.
No en vano, se la considera la peor depredadora que haya tenido la historia del crimen.
Aristocracia, Educación y Esoterismo
Una de ellas, una condesa de alta cuna, conocida con el sobrenombre de “la condesa sangrienta”, ostenta un terrible récord de asesinatos, más de 650, en una macabra búsqueda de la belleza.
No en vano, se la considera la peor depredadora que haya tenido la historia del crimen.
Aristocracia, Educación y Esoterismo
Erzsébet o Elizabeth Báthory nació en Nyírbátor, Hungría, el 7 a agosto de 1560 en el seno de una de las familias aristocráticas más importantes de Transilvania.
Su tío Esteban I Báthory, príncipe de Transilvania, se convirtió en rey de Polonia a finales del siglo XVI.
Elizabeth recibió una amplia y exquisita educación aunque también estuvo en contacto desde su más tierna infancia con la alquimia y el esoterismo, prácticas ampliamente practicadas por algunos miembros de su dinastía.
Esposa del Héroe Negro, Amante del Vampiro
En 1575, cuando Elizabeth era una joven de 15 años de edad, se casó con el conde Ferecz Nádasdy, de 20. La pareja se trasladó a vivir al solitario castillo de Csejthe donde Elizabeth quedó prácticamente recluida. Ferecz era un soldado que pasaba largas temporadas en las constantes guerras que asolaban el país. Sus prácticas crueles con sus enemigos le valieron el apodo de “El héroe negro”.
La existencia de la condesa se hizo tediosa y solitaria. Sin poder SALIR de su castillo por orden expresa de su marido, Elizabeth empezó a intentar escaparse por diversión, hecho que consiguió en varias ocasiones en las que vivió alguna que otra aventura, entre ellas, una fugaz con un excéntrico joven conocido como “el vampiro” por su extraño aspecto y vestimentas2.
Tras los muros de su castillo, la condesa se rodeó de extraños sirvientes con los que practicó experimentos brujeriles y relacionados con la alquimia. Entre ellos, una bruja llamada Dorkó y su antigua nodriza, Jó Ilona, quien empezó a aconsejar a su señora el uso de la sangre para evitar los efectos del paso del tiempo. En aquel tiempo, Elizabeth ya empezó a martirizar a sus sirvientas con los más retorcidos métodos como cubrirlas de miel y dejarlas en medio de un jardín para deleite de los insectos o dejarlas en el frío invierno fuera mientras las congelaba con gélidos cubos de agua hasta convertirlas en auténticas estatuas de hielo. En sus castillos transilvanos de Csejthe y Varannó, la Báthory tuvo todo el tiempo y la soledad del mundo para desarrollar sus aficiones hasta un grado de sofisticación sádica escalofriante.
Pasaron más de 10 años de matrimonio hasta que la condesa se convirtió en madre por primera vez de una niña llamada Anna. Tras ella vendrían Úrsula, Catalina y Pablo. A pesar de que la maternidad la alejó de sus extrañas actividades, una obsesión rondaba su cabeza desde hacía tiempo. El inefable paso del tiempo, el envejecimiento de su cuerpo, empezaban a preocupar a Elizabeth de un modo que terminaría convirtiéndose en enfermizo.
El Baño de Sangre
La muerte de su esposo el 4 de enero de 1604 radicalizó las actuaciones crueles de la condesa. Viuda, se dio al vicio de enamorarse de sí misma.
La locura y sadismo de Elizabeth se desencadenó cuando una de sus desdichadas sirvientas le dio un desafortunado tirón de pelos mientras la peinaba. La bofetada que le propinó su señora le provocó una herida. La sangre le salpicó a Elizabeth en la mano quien fue pronto presa de la excitación al creer que la zona de la piel manchada se hizo más tersa y blanca. A la mente de Elizabeth volvieron las tétricas palabras de su nodriza y no dudó en desangrar a la torpe sirvienta y prepararse una bañera con su sangre en la que se sumergió. Ese sería el primero de una larga lista de asesinatos para abastecerse de la sangre suficiente que le daría la eterna juventud. En su paranoica locura no se conformó pues, para no frotarse con toallas que disminuyeran el efecto de la sangre, obligaba a otras sirvientas a lamerle el cuerpo. A estas más les valía no mostrar rechazo ni repugnancia pues el castigo sería peor. Torturarlas hasta la muerte fue una práctica que no dudó en llegar a cabo la condesa.
Ruinas del castillo de Csejthe
En aquella espiral de muerte y depravación, Elizabeth Báthory se hizo con una serie de artilugios como un terrible sarcófago conocido como la Dama de Hierro en el que introducía a sus víctimas que sufrían el pinchazo de los múltiples clavos que recubrían su interior.
Durante más de 10 años, los campesinos del lugar veían el carruaje de la condesa deambular por sus tierras en busca de pobres muchachas engañadas con la promesa de una vida mejor a la dura existencia del campo. Y las que se negaban, eran drogadas y obligadas a la fuerza a acompañar a Elizabeth a un castillo del que a buen seguro nunca más saldrían con vida. La gran cantidad de cadáveres fueron primero enterrados con cuidado en las inmediaciones de la fortaleza pero al final, la Báthory y sus cómplices no tuvieron reparo en dejarlos en los campos sin ningún problema. A pesar de que la población cercana empezó a sospechar de la desaparición constante de muchas de sus hijas, la alta cuna de la que provenía la condesa hizo que ésta pudiera continuar con sus prácticas asesinas de manera impune.
Un Error de Cálculo
Pero las jóvenes muchachas se fueron terminando y la sed de sangre de Elizabeth la llevó a cometer un grave error. No dudó, desesperada por conseguir líquido para sus baños y víctimas para sus sangrientas prácticas, recurrir a chicas de la aristocracia. El rey Matías no pudo ya hacer oídos sordos a las historias dramáticas que llegaban de su pariente.
Hombres del rey, dirigidos por el palatino Thurzó, decidieron investigar el caso. Cuando atravesaron los muros de Csejthe se encontraron un horrendo espectáculo de cadáveres torturados, sangre derramada y a la propia condesa disfrutando de uno de sus depravados baños.
La sentencia hecha pública el 17 de abril de 1611 condenaba a Elizabeth Báthory a ser recluida de por vida. No corrieron la misma suerte sus cómplices quienes fueron, todos ellos, ejecutados. La condesa pasó los siguientes 4 años enterrada en vida. Fue emparedada en su propio castillo, sin poder ver la luz del día, aislada completamente, con una sola rendija por la que recibía algo de comida. Moría el 21 de agosto de 1614.
Terminaba así la historia de terror de la Condesa Sangrienta a quien sus más de 650 asesinatos y torturas no le sirvieron más que para sembrar el horror. La supuesta belleza que su nodriza le había prometido de poco o nada le sirvió en su tumba.
Su tío Esteban I Báthory, príncipe de Transilvania, se convirtió en rey de Polonia a finales del siglo XVI.
Elizabeth recibió una amplia y exquisita educación aunque también estuvo en contacto desde su más tierna infancia con la alquimia y el esoterismo, prácticas ampliamente practicadas por algunos miembros de su dinastía.
Esposa del Héroe Negro, Amante del Vampiro
En 1575, cuando Elizabeth era una joven de 15 años de edad, se casó con el conde Ferecz Nádasdy, de 20. La pareja se trasladó a vivir al solitario castillo de Csejthe donde Elizabeth quedó prácticamente recluida. Ferecz era un soldado que pasaba largas temporadas en las constantes guerras que asolaban el país. Sus prácticas crueles con sus enemigos le valieron el apodo de “El héroe negro”.
La existencia de la condesa se hizo tediosa y solitaria. Sin poder SALIR de su castillo por orden expresa de su marido, Elizabeth empezó a intentar escaparse por diversión, hecho que consiguió en varias ocasiones en las que vivió alguna que otra aventura, entre ellas, una fugaz con un excéntrico joven conocido como “el vampiro” por su extraño aspecto y vestimentas2.
Tras los muros de su castillo, la condesa se rodeó de extraños sirvientes con los que practicó experimentos brujeriles y relacionados con la alquimia. Entre ellos, una bruja llamada Dorkó y su antigua nodriza, Jó Ilona, quien empezó a aconsejar a su señora el uso de la sangre para evitar los efectos del paso del tiempo. En aquel tiempo, Elizabeth ya empezó a martirizar a sus sirvientas con los más retorcidos métodos como cubrirlas de miel y dejarlas en medio de un jardín para deleite de los insectos o dejarlas en el frío invierno fuera mientras las congelaba con gélidos cubos de agua hasta convertirlas en auténticas estatuas de hielo. En sus castillos transilvanos de Csejthe y Varannó, la Báthory tuvo todo el tiempo y la soledad del mundo para desarrollar sus aficiones hasta un grado de sofisticación sádica escalofriante.
Pasaron más de 10 años de matrimonio hasta que la condesa se convirtió en madre por primera vez de una niña llamada Anna. Tras ella vendrían Úrsula, Catalina y Pablo. A pesar de que la maternidad la alejó de sus extrañas actividades, una obsesión rondaba su cabeza desde hacía tiempo. El inefable paso del tiempo, el envejecimiento de su cuerpo, empezaban a preocupar a Elizabeth de un modo que terminaría convirtiéndose en enfermizo.
El Baño de Sangre
La muerte de su esposo el 4 de enero de 1604 radicalizó las actuaciones crueles de la condesa. Viuda, se dio al vicio de enamorarse de sí misma.
La locura y sadismo de Elizabeth se desencadenó cuando una de sus desdichadas sirvientas le dio un desafortunado tirón de pelos mientras la peinaba. La bofetada que le propinó su señora le provocó una herida. La sangre le salpicó a Elizabeth en la mano quien fue pronto presa de la excitación al creer que la zona de la piel manchada se hizo más tersa y blanca. A la mente de Elizabeth volvieron las tétricas palabras de su nodriza y no dudó en desangrar a la torpe sirvienta y prepararse una bañera con su sangre en la que se sumergió. Ese sería el primero de una larga lista de asesinatos para abastecerse de la sangre suficiente que le daría la eterna juventud. En su paranoica locura no se conformó pues, para no frotarse con toallas que disminuyeran el efecto de la sangre, obligaba a otras sirvientas a lamerle el cuerpo. A estas más les valía no mostrar rechazo ni repugnancia pues el castigo sería peor. Torturarlas hasta la muerte fue una práctica que no dudó en llegar a cabo la condesa.
Ruinas del castillo de Csejthe
En aquella espiral de muerte y depravación, Elizabeth Báthory se hizo con una serie de artilugios como un terrible sarcófago conocido como la Dama de Hierro en el que introducía a sus víctimas que sufrían el pinchazo de los múltiples clavos que recubrían su interior.
Durante más de 10 años, los campesinos del lugar veían el carruaje de la condesa deambular por sus tierras en busca de pobres muchachas engañadas con la promesa de una vida mejor a la dura existencia del campo. Y las que se negaban, eran drogadas y obligadas a la fuerza a acompañar a Elizabeth a un castillo del que a buen seguro nunca más saldrían con vida. La gran cantidad de cadáveres fueron primero enterrados con cuidado en las inmediaciones de la fortaleza pero al final, la Báthory y sus cómplices no tuvieron reparo en dejarlos en los campos sin ningún problema. A pesar de que la población cercana empezó a sospechar de la desaparición constante de muchas de sus hijas, la alta cuna de la que provenía la condesa hizo que ésta pudiera continuar con sus prácticas asesinas de manera impune.
Un Error de Cálculo
Pero las jóvenes muchachas se fueron terminando y la sed de sangre de Elizabeth la llevó a cometer un grave error. No dudó, desesperada por conseguir líquido para sus baños y víctimas para sus sangrientas prácticas, recurrir a chicas de la aristocracia. El rey Matías no pudo ya hacer oídos sordos a las historias dramáticas que llegaban de su pariente.
Hombres del rey, dirigidos por el palatino Thurzó, decidieron investigar el caso. Cuando atravesaron los muros de Csejthe se encontraron un horrendo espectáculo de cadáveres torturados, sangre derramada y a la propia condesa disfrutando de uno de sus depravados baños.
La sentencia hecha pública el 17 de abril de 1611 condenaba a Elizabeth Báthory a ser recluida de por vida. No corrieron la misma suerte sus cómplices quienes fueron, todos ellos, ejecutados. La condesa pasó los siguientes 4 años enterrada en vida. Fue emparedada en su propio castillo, sin poder ver la luz del día, aislada completamente, con una sola rendija por la que recibía algo de comida. Moría el 21 de agosto de 1614.
Terminaba así la historia de terror de la Condesa Sangrienta a quien sus más de 650 asesinatos y torturas no le sirvieron más que para sembrar el horror. La supuesta belleza que su nodriza le había prometido de poco o nada le sirvió en su tumba.
Erzsébet Bathory: La Condesa Sangrienta
El caso de este personaje resulta verdaderamente interesante
para la historia del crimen en serie, partiendo en un principio del hecho que
sea una de las pocas mujeres que haya asesinado de una manera tan cruel... a
cerca de 650 niñas.
Además de una perversión sádica y sexual, la Condesa
Elizabeth Báthory sentía especial atracción por la sangre, y no sólo se
contentaba de beberla, como es habitual en los llamados asesinos vampíricos,
sino que se bañaba en ella con el fin de impedir que su piel envejeciese al
paso de los años.
Nace en 1560 en el seno de una de las más ricas familias
húngaras.
Si bien pertenecía a la más ilustre y distinguida
aristocracia, siendo su primo Primer Ministro de Hungría, y su tío Rey de
Polonia, también existen antecedentes esotéricos entre los miembros de su
familia, como pueden ser un tío adorador de Satán y otros familiares adeptos a
la magia negra o la alquimia, entre los que se puede contar a la propia
Báthory, ya que desde su infancia había sido influida por las enseñanzas de una
nodriza que se dedicaba a las prácticas brujeriles.
Cuando sólo contaba con 15 años se casa con un noble, el
conde Nadasdy, gran guerrero conocido como "El Héroe Negro", y se van
a vivir en un solitario castillo en los Cárpatos.
El conde no tarda en ser reclamado en una batalla, por lo
que se ve obligado a dejar sola a Elizabeth por un tiempo.
Al cabo de muchos momentos en espera de su marido, ésta se
aburre por el continuo aislamiento al que estaba sometida, y se fuga para
mantener una relación con un joven noble al que las gentes del lugar
denominaban "el vampiro" por su extraño aspecto. En breve regresa de
nuevo al castillo y empieza a mantener relaciones lésbicas con dos de sus
doncellas.
Desde ese momento, y para distraerse de las largas ausencias
de su marido, comienza a interesarse sobremanera por el esoterismo, rodeándose
de una siniestra corte de brujos, hechiceros y alquimistas.
A medida que pasaban los años, la belleza que la
caracterizaba se iba degradando, y preocupada por su aspecto físico pide
consejo a la vieja nodriza. Ésta, le indica que el poder de la sangre y los
sacrificios humanos daban muy buenos resultados en los hechizos de magia negra,
y le aconseja que si se bañaba con sangre de doncella, podría conservar su
belleza indefinidamente.
En esa época, la Condesa tuvo su primer hijo, al que siguieron
tres más, y si bien su papel maternal le absorbía la mayor parte del tiempo, en
el fondo de su mente seguían resonando las palabras tentadoras de la nodriza:
"belleza eterna". Al principio intentó alejarlas de sí, posiblemente
no por falta de deseo o valor, sino por temor a las consecuencias de CARA a la
aristocracia, pero años más tarde cuando su marido fallece no tarda en probar
los placeres sugeridos por la bruja.
Al poco tiempo moriría su primera víctima: una joven
sirvienta estaba peinando a la Condesa, cuando accidentalmente le dio un tirón.
Ésta, en un ataque de ira le propinó tal bofetada que la sangre de la doncella
salpicó su mano. Al mirar la mano manchada de sangre, creyó ver que parecía más
suave y blanca que el resto de la piel, llegando a la conclusión que su vieja
nodriza estaba en lo cierto y que la sangre rejuvenecía los tejidos. Con la
certeza de que podría recuperar la belleza de su juventud y conservarla a pesar
de sus casi cuarenta años, mandó que cortasen las venas de la aterrorizada
sirvienta y que metiesen su sangre en una bañera para que pudiera bañarse en
ella.
A partir de ese momento, los baños de sangre serían su gran
obsesión, hasta el punto de recorrer los Cárpatos en carruaje acompañada por
sus doncellas en busca de jóvenes hembras a quienes engañaban prometiéndoles un
empleo como sirvientas en el castillo. Si la mentira no resultaba, se procedía
al secuestro drogándolas o azotándolas hasta que eran sometidas a la fuerza.
Una vez en el castillo, las víctimas eran encadenadas y acuchilladas en los
fríos sótanos bien por un verdugo, un sirviente o por la propia Condesa,
mientras las víctimas se desangraban y llenaban su bañera.
Una vez dentro de la pila, hacía que derramasen la sangre
por todo su cuerpo, y al cabo de unos minutos, para que el tacto áspero de las
toallas no frenase el poder de rejuvenecimiento de la sangre, ordenaba que un
grupo de sirvientas elegidas por ella misma lamiesen su piel. Si estas
mostraban repugnancia o recelo, las mandaba torturar hasta la muerte. Si por el
contrario reaccionaban de forma favorable, la Condesa las recompensaba.
En algunas ocasiones, las víctimas que le parecían más sanas
de mejor aspecto eran encerradas durante años en los sótanos para ir extrayendo
pequeñas cantidades de sangre mediante incisiones afín que la dueña del
castillo pudiera bebérsela.
Por otro lado, las calaveras y los huesos eran también
aprovechados por los hechiceros del castillo, convencidos que sólo un
sacrificio humano podía dar buenos resultados para realizar sus experimentos
alquímicos.
Durante once años, los campesinos aterrados veían el
carruaje negro con el emblema de la Condesa Báthory rastrear el pueblo en busca
de jóvenes, que desaparecían misteriosamente dentro del castillo y que nunca
volvían a SALIR.
Los cuerpos sin vida eran sepultados en las inmediaciones
del castillo, hasta que finalmente, sea por pereza o descuido, tan sólo los
arrojaban al campo para que las alimañas acabasen con ellos.
Algunos aldeanos no las tenían todas consigo por los gritos
estremecedores que se oían SALIR del lugar, y se empezaron a extender rumores
por todo el pueblo de que algo raro sucedía en el castillo.
Finalmente estos pueblerinos empiezan a rondar por las
inmediaciones, en dónde se encuentran con los restos de más de una docena de
cuerpos sin vida. Éstos armaron una revuelta insistiendo que el castillo estaba
maldito y era además una residencia de vampiros, quejándose ante el propio soberano.
Atacar a una familia de poder en esa época era algo
verdaderamente difícil, y sobre todo si como en este caso, el acusado además de
ser una persona distinguida entre la nobleza tenía amigos igual de poderosos
por todas partes. Por ese motivo, el emperador comienza por no prestar atención
a las quejas de su pueblo, pero finalmente envía una tropa de soldados que
irrumpen en el castillo en 1610.
Al entrar, los soldados encuentran en el gran salón del
castillo un cuerpo pálido y desangrado de mujer en el suelo, otro aún con vida
pero terriblemente torturada, que había sido pinchada con un objeto para
extraerle la sangre, y una última ya muerta tras ser salvajemente azotada,
desangrada y parcialmente quemada. En los alrededores del castillo, desentierran
además otros cincuenta cadáveres.
En los calabozos, se encuentran a gran cantidad de niñas,
jóvenes y mujeres aún en vida a pesar que algunos de ellos tenían señales de
haber sido sangrados en numerosas ocasiones. Una vez éstos liberados,
sorprenden a la Condesa y a algunos de sus brujos en una de las habitaciones
del castillo en medio de uno de estos sangrientos rituales. Rápidamente son
detenidos y conducidos a la prisión más cercana.
Los crímenes sádicos de Báthory habían durado
aproximadamente diez años.
En el juicio, sobraban pruebas para condenar a Elizabeth
Báthory culpable de los múltiples crímenes cometidos, pues no sólo se habían
encontrado ochenta cadáveres sino que los guardias estaban de testigos para
declarar que la habían visto matar con sus propios ojos.
Ésta confesaría haber asesinado junto con sus hechiceros y
verdugos, a más de 600 jóvenes y haberse bañado en "ese fluido cálido y
viscoso afín de conservar su hermosura y lozanía".
Le seducía el olor de la muerte, la tortura y las orgías
lesbianas. Decía que todo lo mencionado poseía un "siniestro
perfume". Sus cómplices fueron condenados culpables, unos decapitados y
otros quemados en la hoguera.
Báthory, aún contando con el privilegio de pertenecer a la
nobleza y ser amiga personal del rey Húngaro, fue condenada por éste mismo a
una muerta lenta: la emparedaron en el dormitorio de su castillo, dejándole una
pequeña ranura por la cual le daban algunos desperdicios como comida y un poco
de agua. Murió a los cuatro años de permanecer en esa tumba, sin intentar
comunicarse con nadie ni pronunciar la mínima palabra. Fue una especie de
suicidio, de repente dejó de tocar alimento alguno y fallece en 1614 cuando
contaba con 54 años.
Resulta curioso señalar un paralelismo entre esta mujer y
otro vampiro histórico muy conocido: Gilles de Rais, pues aunque éste cometió
sus crímenes dos siglos antes, procedían de manera muy similar: ambos
pertenecían a la alta nobleza. Él era homosexual y ella lesbiana (de ahí que
sus víctimas fuesen principalmente mujeres), y lo más sorprendente e
inquietante es que tanto los sirvientes de uno como de otro participaban en los
macabros baños de sangre.
Joaquín Balaguer
(1 de septiembre de 1906 – 14 de
julio de 2002) fue un abogado, escritor y político dominicano. Presidente de la
República Dominicana en los periodos 1960-1962, 1966-1978 y 1986-1996. Se
caracterizaba por su personalidad enigmática y llena de secretismo heredado de
la Era de Trujillo, su afán de perpetuarse en el poder por medio de
cuestionados procesos electorales así como el empleo de terrorismo de Estado le
ganó el mote de caudillo. Su represivo régimen causó millares de muertes y desapariciones
forzadas. Fomentó el desarrollo de la infraestructura urbana del país mediante
la construcción, avenidas y edificaciones; el Faro a Colón es uno de los
monumentos más relevantes construidos en su gobierno.
A su legado de gobierno se le
atribuye el clientelismo político existente hasta estos días.Primeros
añosBalaguer compartió el Premio Nacional de Literatura de 1990 con su rival
político y también escritor Juan Bosch.
Balaguer nació en Villa Bisonó
(también conocida como Navarrete), en la provincia de Santiago. Hijo de Joaquín
Balaguer Lespier, puertorriqueño de padre catalán y madre de origen francés, y
Carmen Celia Ricardo Heureaux (hija del dominicano de ascendencia española
Manuel de Jesús Ricardo y de Rosa Amelia Heureaux, quien era prima del
presidente Ulises Heureaux, y quien al igual que su primo tenía ascendencia
haitiana). Balaguer fue el único varón de una familia de varias mujeres, pero
tuvo un medio hermano por parte de padre.
Desde muy temprana edad se sintió
atraído por la literatura y la composición de versos, los cuales fueron
publicados en revistas locales. Se interesó en la política debido a la
ocupación militar norteamericana (1916-1924). Después de graduarse de
“bachiller en ciencias y letras” en 1922, Balaguer obtuvo una licenciatura en
Derecho en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, mientras asistía a las
clases en la universidad, comenzó a ganarse la vida en el ámbito periodístico,
como corrector de pruebas y, desde 1924 hasta 1928, como articulista en el
diario La Información de Santiago de los Caballeros, y estudió por un breve
período en la Universidad de París I Panthéon-Sorbonne. En su juventud,
Balaguer escribió de la admiración que sentía por el paisano de su padre, el
líder político de Puerto Rico, Pedro Albizu. A pesar de las profundas
diferencias con respecto a la ética y sus visiones del mundo, la vehemente y
carismática retórica de Albizu cautivó la imaginación de Balaguer a tal punto
que motivó su pasión por la política y el debate intelectual.
En 1927, su prima Bienvenida
Ricardo y Martínez, casó con el general Rafael Leónidas Trujillo, quien
llegaría a ser 3 años después dictador de la República Dominicana.
Antecedentes políticos
Balaguer comenzó su carrera
política en 1930 (antes de que Trujillo tomara el control del gobierno), cuando
fue nombrado Fiscal. Más tarde se inscribe en el Partido Dominicano y así pasó
a formar parte del círculo de los colaboradores cercanos del dictador Rafael
Leonidas Trujillo.
Durante la Era de Trujillo se
desempeñó como Secretario de la Legación Dominicana en Madrid (1932-1935),
Subsecretario de la Presidencia (1936), Subsecretario de Relaciones Exteriores
(1937), Embajador Extraordinario en Colombia y Ecuador (1940-43 y 1943-47),
Embajador en México (1947-1949), Secretario de Educación (1949-1955), y
Secretario de Estado de Relaciones Exteriores (1955-57).
Relación con Trujillo
Ha habido mucha discusión sobre
el papel de Balaguer durante la Era de Trujillo. A lo largo de las tres décadas
de trabajo como político trujillista, Balaguer fue visto alternativamente tanto
como empleado del régimen y como un distinguido colaborador cercano a Trujillo.
A pesar de que Trujillo disfrutaba humillando e insultando sus
"sirvientes" en público, el dictador nunca trató de degradar a Balaguer.
Balaguer reciprocó ese respeto
hacia Trujillo durante los treinta años de dictadura como uno de los
colaboradores más eficiente del régimen, sin parecer perturbado ni mostrar el
menor gesto de disgusto por los excesos y aberraciones que eran comunes en
aquella época. Balaguer fue, sin duda, un ministro útil de Trujillo.
Primer mandato presidencial (1960-1962)
Cuando Trujillo dispuso que su
hermano Héctor Bienvenido fuera reelegido a la presidencia en 1957, optó por
Balaguer como vice-presidente. Tres años más tarde, cuando la Organización de
Estados Americanos (OEA) convenció al dictador de que no era apropiado tener a
un miembro de su familia como presidente, Trujillo obligó a su hermano a
renunciar, y Balaguer le sucedió en el cargo. Sin embargo, Balaguer no tenía
prácticamente ningún poder, y fue considerado como un mero títere de Trujillo.
Cuando Trujillo fue asesinado en
1961 y a pesar de haber sido durante mucho tiempo colaborador del dictador,
Balaguer tomó medidas para liberar al país del régimen con la concesión de
algunas libertades civiles y suavizando la estricta censura a que Trujillo
tenía sometida la prensa. La OEA se mostró satisfecha y levantó las sanciones
económicas impuestas a la República Dominicana, debido al intento de asesinato
que Trujillo tramó en contra del presidente venezolano Rómulo Betancourt. Sin
embargo, las reformas provisionales de Balaguer fueron rechazadas por gran
parte de la sociedad, ya que era presionado por la derecha, por los militares,
por la izquierda, por la oposición, era abucheado en las calles por la
ciudadanía y llamado entre otras cosas muñequito de papel.
Debido a la presión ejercida por
la Unión Cívica Nacional, un Consejo de Estado creado después de la muerte de
Trujillo. Balaguer sólo retuvo el poder hasta 16 de enero de 1962. Un golpe de
Estado militar, dirigido por el jefe de la fuerza aérea Pedro Rodríguez Echavarría,
lo obligó a exiliarse en Nueva York y Puerto Rico.
Regreso a RD y guerra civil de 1965
Durante el periodo 1962-1964 la
República Dominicana sólo tuvo siete meses de verdadera democracia, bajo la
presidencia de Juan Bosch. Cuando un golpe militar derrocó a Bosch, el país
comenzó un período tumultuoso que dio lugar a la guerra civil del 24 de abril
de 1965. Los militares se habían rebelado en contra de la Junta provisional
para restaurar a Bosch, con lo cual el Presidente de EE.UU. Lyndon Johnson, bajo
el pretexto de eliminar la influencia comunista en el Caribeenvió 42.000
soldados para anular la rebelión.
El gobierno provisional,
encabezado por Héctor García Godoy, anunció elecciones generales para 1966.
Balaguer aprovechó la oportunidad, y con la enfermedad de su madre como excusa,
le pidió permiso para regresar del exilio, el cual le fue concedido. Formó el
Partido Reformista y se centró en una lucha política contra Bosch, en la
campaña utilizó la táctica presentándose como un candidato moderado y
conservador. Rápidamente ganó el apoyo del pueblo y derrotó con facilidad a
Bosch.
Segundo mandato presidencial (1966-1978), "Los doce años
Balaguer encontró una nación
severamente golpeada por décadas de turbulencia, con tiempos cortos de paz, y
prácticamente ignorantes de la democracia y los derechos humanos. Durante su
campaña electoral solía dirigir sus mensajes propagandísticos a la mujer
dominicana y al campesino, tratando de atar a su proyecto político personal las
fracciones más conservadoras de estos sectores sociales.
Balaguer trató de apaciguar a los
supervivientes antitrujillistas y a los de la guerra civil de 1965, pero los
asesinatos políticos continuaron siendo frecuentes durante su administración.
Tuvo éxito en parte la rehabilitación de las finanzas públicas, que estaban en
un estado caótico, e impulsó un modesto programa de desarrollo económico.
Durante los tres primeros meses
de instalado su segundo gobierno, la Asociación Dominicana de Derechos Humanos,
declaró que había recibido quejas. Con la anuencia de sectores del gobierno se
inició en el país la "Operación Chapeo" con la finalidad de
exterminar los remanentes izquierdistas sobrevivientes al conflicto de abril
del 65.
En noviembre de 1969 un grupo de
mujeres anunció la formación del Comité de madres, esposas y familiares de los
muertos y desaparecidos, donde dieron a conocer un listado de muertos y
desaparecidos, y revelaron que en los tres primeros años del gobierno, 366
personas fueron muertas o desaparecidas por causas políticas.
Con la abstención electoral del
Partido Revolucionario Dominicano, debido a la represión política y a la
participación de las Fuerzas Armadas en las actividades proselitistas, Balaguer
fue reelegido para el periodo 1970-1974.
El 1 de enero de 1971 designó al
general Enrique Pérez y Pérez como jefe de la Policía Nacional. Varias semanas
después hizo su aparición en las calles de Santo Domingo un grupo
autodenominado Frente Democrático Anticomunista y Antiterrorista, mejor
conocido como La Banda Colorá, un grupo de jóvenes reclutados por el gobierno
de Balaguer con fines de represión. Durante esa época fueron asesinados
numerosos dirigentes de la izquierda dominicana.
Durante este segundo mandato de
gobierno (conocido popularmente en la política dominicana simplemente como
"los 12 años"), Balaguer incentivó la construcción de escuelas,
hospitales, presas, carreteras, y muchos edificios importantes. Los proyectos
también se utilizaron como medio para recompensar a sus partidarios políticos
con lucrativos contratos de obras públicas, los favorecidos en dichos contratos
se conocen como "los 300 millonarios". También presidió un sistema de
crecimiento económico estable. Sin embargo, su administración pronto desarrolló
un modelo autoritario, a pesar de las garantías constitucionales.
Balaguer se consolidaba según
algunos como representante de la derecha dominicana, iniciando un gobierno
caracterizado por la influencia de Estados Unidos; un gobierno que contribuyó
inestimablemente al estado de subdesarrollo y atraso de la República
Dominicana.
La sensación de que en la
República Dominicana había un híbrido de dictadura y democracia, y con más
rasgos de la primera que de la segunda, se reprodujo en las elecciones del 16
de mayo de 1974, cuando el Partido Revolucionario Dominicano y los otros
partidos signatarios del denominado Acuerdo de Santiago retiraron a su
candidato Antonio Guzmán, por considerar que no se daban las mínimas garantías
y como protesta por los desafueros de los paramilitares balagueristas. En estas
circunstancias, Balaguer sólo compitió con un rival, el contraalmirante Luis
Homero Lajara Burgos, del Partido Popular Demócrata (PPD). Balaguer obtuvo el
84,7% de los votos, y su partido ganó mayoría en el congreso donde la
abstinencia alcanzó el 50%.
Una coyuntura favorable en los
precios internacionales del azúcar, el auge del turismo estadounidense, las
inversiones privadas foráneas, y los programas de obras públicas produjeron una
fase de expansión económica, favoreciendo la emergencia en la sociedad dominicana
de clase media. Balaguer eludió siempre su responsabilidad en los crímenes
cometidos por La Banda Colorá y otras irregularidades vinculadas con las
Fuerzas Armadas, siempre achacó la violencia política a sectores incontrolados
del oficialismo y a la subversión de izquierdas, cuya verdadera fuerza exageró
enormemente.
También, incumplió las promesas
sobre la reforma agraria, ya que la pequeña minoría de propietarios autóctonos
y las compañías estadounidenses continuaban poseyendo la mayoría de las tierras
cultivables y las de mejor calidad. Pero cuando anunció su intención de optar a
un cuarto mandato consecutivo en las elecciones del 16 de mayo de 1978, y con
un fondo de deceleración económica, el repudio popular alcanzó tal calibre que
la derrota en las urnas ante el PRD se antojó inevitable. Balaguer se enfrentó
a Antonio Guzmán del Partido Revolucionario Dominicano, pero cuando los
resultados electorales mostraron una tendencia en favor de Guzmán, el ejército
detuvo el conteo. Sin embargo, en medio de enérgicas protestas en el país y una
fuerte presión en el extranjero por parte de Jimmy Carter, el conteo se
reanudó. Cuando se dieron los resultados, Guzmán dio a Balaguer la primera
derrota de su carrera política. Cuando Balaguer dejó el cargo, fue la primera
vez en la historia de la República Dominicana que un presidente en ejercicio
tranquilamente cede el poder a un miembro elegido de la oposición.
Víctimas
de "Los doce años
Año
|
Víctimas
|
1966
|
Guillermo Peláez
|
Rolando de la Maza
|
|
Radhamés García
|
|
Vinicio Antonio Franco
|
|
Juan Rafael Bisonó Mera
|
|
Miguel Reyes Santini
|
|
Ramón Emilio Mejía (Pichirilo)
|
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1967
|
Guido Gil Díaz
|
William Jiménez
|
|
Luis de Peña
|
|
Vidal Peguero
|
|
Orlando Mazara
|
|
Roberto Basilio Perdomo
|
|
Roberto Nivar
|
|
1968
|
Flavio Suero
|
Modesto Rodríguez
|
|
Héctor Santiago
|
|
Rafael Mota
|
|
1969
|
Henry Segarra Santos
|
Silvio Abud
|
|
Salomón Lama B
|
|
Rafael Vargas
|
|
Eladio Peña de la Rosa
|
|
1970
|
Otto Morales
|
Amin Abel Hasbún
|
|
1971
|
Maximiliano Gómez
|
Homero Hernández
|
|
Rafael Guillén
|
|
1972
|
Sagrario Díaz
|
Amaury Germán Aristy
|
|
Bienvenido Leal Prandy (La chuta)
|
|
Virgilio Perdomo Pérez
|
|
Ulises Cerón Polanco
|
|
1973
|
Francisco Caamaño Deñó
|
Gregorio García Castro
|
|
1974
|
Florinda Soriano (Mamá Tingó)
|
1975
|
Orlando Martínez
|
1976
|
José Vizcaíno
|
Luis Martínez
|
|
1977
|
Guillermo Rubirosa
|
Héctor García
|
Tercer mandato presidencial (1986-1996)
Balaguer se volvió a
presentar como candidato en 1986 aprovechándose de una división en el Partido
Revolucionario Dominicano para ganar la presidencia de nuevo después de una
ausencia de ocho años, donde derrotó por escaso margen al candidato por el PRD,
Jacobo Majluta. Para entonces, tenía 80 años y casi ciego por completo (había
sufrido de glaucoma durante muchos años).
El tercer
gobierno de Balaguer fue mucho más liberal que el anterior. En este periodo
Balaguer era mucho más tolerante a los partidos de oposición y los derechos
humanos.
Para el 1984, el
Partido Reformista se alía con el Partido Revolucionario Social Cristiano,
formando así el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC).
Siguió con sus
grandes proyectos de infraestructura, tales como la construcción de carreteras,
puentes, escuelas, proyectos de viviendas y hospitales. Siguiendo el estilo de
Trujillo, estos proyectos de gran visibilidad eran muy publicitado en los
medios de comunicación controlados por el gobierno y través de grandiosas ceremonias
públicas destinadas a mejorar la popularidad de Balaguer. La economía también
mejoró considerablemente.
En este período,
Joaquín Balaguer mantuvo una cierta política de populismo, en lo que se refiere
a la entrega de canastas, dinero y otras "dádivas" al pueblo
dominicano con el propósito de gobernar a base de demagogia. El clientelismo
también se manifestó en gran medida.
En 1990, con una
abstención del 40%, Balaguer logra reelegirse con el 35.1% de los votos, contra
el 33.9% de Juan Bosch del Partido de la Liberación Dominicana, y un Partido
Revolucionario Dominicano que mantenía una crisis interna. Este proceso se
caracterizó por la expresión de amplios sectores de la vida política y social,
que criticaban la legitimidad de dichas elecciones, a lo que Balaguer respondió
lanzando los militares a la calle y decretando un toque de queda.
Balaguer mandó a
construir el Faro a Colón, una de las obras más controversiales de su gobierno.
La misma se construyó en conmemoración de los 500 años del Descubrimiento de
América, el cual fue terminado en 1992.
En 1992, para el
500 aniversario de la llegada de Cristóbal Colón a América y la visita del Papa
Juan Pablo II, Balaguer gastó millones en la restauración de la histórica
ciudad colonial de Santo Domingo, para que el Papa pudiera pasar por ella.
Ese mismo año
gastó más de doscientos millones de dólares en la construcción del
controvertido Faro a Colón, un faro de diez pisos en honor a Colón. Terminado
en 1992, el Faro a Colón fue diseñado para transmitir la imagen de una cruz
cristiana en el cielo nocturno y para que sea visible a decenas de kilómetros.
Desde que se terminó, el Faro que supuestamente alberga los restos de Colón, ha
sido una atracción turística de menor importancia. Su luz no se utiliza muy a
menudo debido a los costos de energía y los apagones en el país. Sin embargo,
su simbolismo y el gasto fueron fuente de mucha controversia.
En enero de 1994
Balaguer decidió optar de nuevo por la presidencia, incluso cuando ya tenía
casi 90 años de edad y ciego por completo. Esta vez, su principal competidor
era José Francisco Peña Gómez del Partido Revolucionario Dominicano.
Esta campaña fue
una de los peores de la historia dominicana. Balaguer con frecuencia utilizaba
la ascendencia haitiana de Peña Gómez a su favor. El dominicano históricamente
tiende a desconfiar de cualquier persona con sangre haitiana. Por ejemplo,
Balaguer llegó a decir que Peña anexionaría el país con Haití en caso de ganar.
Con igual capacidad de maniobra en las elecciones, se impuso con un 42.3%,
contra un PRD que obtuvo el 41.6% de los votos, donde se asegura que ocurrieron
alteraciones de actas y del padrón electoral en la mismaJunta Central
Electoral. Peña alegó fraude, y llamó a una huelga general. Las manifestaciones
tuvieron lugar en apoyo a la huelga.
En este periodo
se sucedió la misteriosa desaparición del profesor universitario y activista
Narciso González (Narcisazo), un vehemente crítico de la política de Balaguer.
Su desaparición que hasta la fecha es un misterio, se le atribuyó a Balaguer.
Una
investigación posterior reveló que la Junta Electoral no sabía el número total
de votantes registrados, y el resultado en las listas distribuidas en los
colegios electorales no coincidían con las dadas a los partidos. La
investigación también reveló que unas 200.000 personas habían sido retiradas de
las urnas. En medio de tales preguntas sobre la legitimidad de la encuesta,
acordaron celebrar nuevas elecciones en 1996, pero esta vez Balaguer no sería
candidato. En este sentido, cumplió su palabra de poner su cargo a disposición
de la administración estadounidense.
El acuerdo
político de los gobernantes, de sectores del poder fáctico que incluye a la
Iglesia Católica, y de los dirigentes de los partidos políticos, dejaron
establecida una reforma constitucional que se hizo el 14 de agosto de 1994.
Este acto de consenso jurídico fue preferido a la anulación total de las
elecciones y fue conocido como "Pacto por la Democracia".
En las
elecciones de 1996, Jacinto Peynado, terminó muy lejos de llegar a la segunda
vuelta. Balaguer entonces dio su apoyo a Leonel Fernández del Partido de la
Liberación Dominicana en una inusual coalición con Bosch, su enemigo político
de más de 30 años.
En las
elecciones presidenciales de 2000, Balaguer, a la edad de 94 años, se postuló
por novena y última vez a la Presidencia de la República Dominicana; pese a las
enormes limitaciones físicas debidas a su avanzada edad y al cúmulo de críticas
de sus anteriores gobiernos, logró más del 20% de los votos, ubicándose en el
tercer lugar.
Muerte y legado
En los últimos años de su vida, su casa era muy frecuentada por personalidades de la política dominicana, quienes lo veían como un "consejero político". De izquierda a derecha, Balaguer recibe a Leonel Fernández, Temístocles Montás y Miguel Cocco.
Joaquín Balaguer murió de insuficiencia cardíaca en Santo Domingo el 14 de julio de 2002 a la edad de 95 años.
Su legado en República Dominicana es contradictorio. Mantuvo una relativa estabilidad política y económica en el país por muchos años, centralizó todas las decisiones gubernamentales y lanzó programas masivos de construcción de carreteras, puentes, hidroeléctricas y monumentos, con la intención clara de que su impronta personal quedara marcada en piedra. Fue una figura polarizante que podría incitar tanto al odio como al amor de la población. Era tradicional en Balaguer facilitarles viviendas a los más pobres por medio del Gobierno donde estos pagaban un módico precio mensual por las mismas. También tenía la costumbre junto a su hermana Emma de regalar juguetes a los niños pobres los Días de Reyes.
Ronald Reagan una vez dijo de él: "El presidente Balaguer ha sido una fuerza impulsora en todo el desarrollo democrático de su país. En 1966 llevó el retorno de la democracia a la República Dominicana después de años de incertidumbre política y agitación. En efecto, él es, en muchos sentidos, el padre de la democracia dominicana" y Jimmy Carter, lo felicitó diciendo "El presidente Balaguer ha sido un ejemplo para todos los líderes en esta nación y su gente, que lejos de un gobierno totalitario lleva al país cada vez más la democracia".
Estos dos, por supuesto, desconocían la reputación de déspota sanguinario de Balaguer. George Bush le preguntó: "tiene usted que ser tan represivo en sus métodos de lucha contra la oposición?" A lo que Balaguer respondió: "yo no le digo como gobernar su país, no me diga cómo gobernar el mío."
El director cinematográfico dominicano René Fortunato hizo dos documentales, basándose en la forma de gobierno de Balaguer y haciendo alusión a su todavía relación ideológica con Trujillo, Balaguer: La Herencia del Tirano y Balaguer: La violencia del poder, lanzados en 1998 y 2002 respectivamente.
Junot Díaz en su notas al pie de La maravillosa vida breve de Óscar Wao es muy crítico de Balaguer, indicando que él era "un racista, un apologista del genocidio, un ladrón de elecciones, y un asesino de la gente que escribía mejor que él".
Vida personal
Balaguer llevaba una vida privada llena de hermetismo, nunca se casó ni se le conoció hijos reconocidos por él. Vivió en su casa ubicada en Santo Domingo por más de 50 años, incluso siendo presidente.
Con el transcurso del tiempo fueron saliendo mujeres humildes con quienes Balaguer supuestamente tuvo hijos, pero que él nunca reconoció. Entre los supuestos hijos de Balaguer se encuentran, Gloria Nilsa Balaguer Lespier, Joaquín Jesús Balaguer Cuascut ambos hijos de Juana Cuascut, con quien Balaguer mantuvo una aventura amorosa. También se encuentran César Joaquín Mallén, procreado con Carmen Mallén, Luis Gustavo Bisonó procreado con Hilda Dolores Bisonó Mera, Mercedes Antonia Solís, procreada con Aura Celeste Solís, Antonio Bastardo y Nieves Bastardo, procreados con Cuca Bastardo.
Balaguer fue pariente del ex dictador Ulises Heureaux (Lilís) por parte materna, también de quien fuera la segunda esposa de Trujillo, Bienvenida Ricardo Martínez.
Era conocido popularmente como "El doctor".
Lemas de campaña
"Lo bueno no se cambia" (1974-1978)
"Y vuelve y vuelve Balaguer" (1986-1990)
"Cuatro años más y después hablamos" (1990-1994)
"Y sigue y sigue Balaguer" (1994-1998)
"Lo que diga Balaguer" (1994-1998)
"Adelante compatriotas, a paso de vencedores"
"Mientras Balaguer respire, que nadie aspire"
"No lloren como mujeres lo que no supieron defender como hombres"
"No es que voy hacer, sino que seguiré haciendo"
También hizo suya una famosa frase bíblica que dice: "Por sus frutos los conoceréis".
Como escritor
Para 1970 tenía publicados 24 libros, 7 de los cuales son de elogio y defensa a la Era de Trujillo. Los restantes, son de versos y de ensayos históricos y literarios. En el prólogo de uno de sus libros de versos, hizo una inusual confesión de sus sentimientos, al escribir:
Abro este paréntesis para llenarlo de odio y de gratitud. Odio a los que en plazas y corrillos me combatieron acerbadamente; odio a los poetas afeminados que envidian la virilidad de mi arte; tengo el orgullo de ser, en nuestro medio árido, como una planta rara que sólo necesita para vivir de la savia de su arte y del aire que respira en la atmósfera de sus sueños. Yo aborrezco el ambiente en que me ha tocado nacer, pero aborrezco más a los intelectuales (con muy pocas excepciones) con quienes he tenido la mala suerte de codearme...” “Mi TEBAIDA LÍRICA molestará a muchos (yo gozo molestando) y algunos borricos rebuznarán (yo gozo oyendo rebuznar).
Como literato tiene una extensa producción de versos de cuestionable valor literario, ya que reflejan un estilo decimonónico con intenciones y ciertos aires modernistas poco innovadores y de aporte a la construcción del verso, así como de novelas de alto contenido político más que literario.
Sus obras y sus ensayos históricos están llenos de datos y de anécdotas pero carecen de los rigores metodológicos de la ciencia histórica, sin análisis de aspectos cruzados entre las ciencias sociales. Por ser abundantes en datos de los cuales era un gran conocedor, más que historiador, a Joaquín Balaguer debiera considerársele un gran historiógrafo.
Obras
- Salmos Paganos (1922)
- Claro de Luna (1922)
- Tebaida Lírica (1924)
- Métrica Castellana (1930)
- Heredia: Verbo de la Libertad (1939)
- Azul en los Charcos (1941)
- La Realidad Dominicana (1941)
- El Tratado Trujillo-Hull y la Liberación Financiera de la República Dominicana (1941)
- La Política Internacional de Trujillo (1941)
- Guía Emocional de la Ciudad Romántica (1944)
- Letras Dominicanas (1944)
- Heredia: Verbo de la Libertad (1945)
- Palabras Con Acentos Rítmicos (1946)
- Palabras Con Dos Acentos Rítmicos (1946)
- Realidad Dominicana: Semblanza de Un País y Un Régimen (1947)
- Los Próceres Escritores (1947)
- Semblanzas Literarias (1948)
- En Torno de Un Pretendido Vicio Prosódico de los Poetas Hispanoamericanos (1949)
- Literatura Dominicana (1950)
- El Cristo de la Libertad (1950)
- Federico García Godoy, Antología (1951)
- Federico García Godoy (1951)
- El Principio de Alternabilidad en la Historia Dominicana (1952)
- Décimas, Prólogo y Recopilación (1953)
- Consideración Acerca de la Producción e Inversión de Nuestros Impuestos (1953)
- Apuntes Para Una Historia Prosódica de la Métrica Castellana (1954)
- El Pensamiento Vivo de Trujillo (1955)
- Historia de la Literatura Dominicana (1956)
- Discursos Panegíricos: Política y Educación Política Internacional (1957)
- Cristóbal Colón: Precursor Literario (1958)
- El Centinela de la Frontera: Vida y Hazañas de Antonio Duvergé (1962)
- Vida y Hazañas de Antonio Duvergé (1962)
- El Centinela de la Frontera (1962)
- El Reformismo: Filosofía Política de la Revolución Sin Sangre (1966)
- Misión de los Intelectuales Discursos (1967)
- Con Dios, Con la Patria y Con la Libertad del Discurso (1971)
- Conjura Develada del Discurso (1971)
- Con Dios, Con la Patria y Con la Libertad (1971)
- Ante la Tumba de Mi Madre (1972)
- Temas Educativos y Actividades Diplomáticas (1973)
- La Marcha Hacia el Capitolio (1973)
- Discursos, Temas Históricos y Literarios (1973)
- Temas Históricos y Literarios (1973)
- Temas Educativos y Actividades Diplomáticas (1973)
- Cruces Iluminadas (1974)
- La Palabra Encadenada (1975)
- Crítica e Interpretación (1975)
- La Cruz de Cristal (1976)
- Discursos Escogidos (1977)
- Discurso en el Develamiento de la Estatua del Poeta Fabio Fiallo (1977)
- Crítica e Interpretación (1977)
- Pedestales: Discursos Históricos (1979)
- Huerto Sellado: Versos de Juventud (1980)
- Mensajes al Pueblo Dominicano (1983)
- Entre la Sangre del 30 de Mayo y la del 24 de Abril (1983)
- La Isla al Revés (1983)
- Galería Heroica (1984)
- Los Carpinteros (1984)
- La Venda Transparente (1987)
- Memorias de Un Cortesano de la Era de Trujillo (1988)
- Romance del Caminante Sin Destino, Enrique Blanco (1990)
- Voz Silente (1992)
- De Vuelta al Capitolio (1986-1992) (1993)
- Niña Con Sexo (1995)
- La Isla al Revés (1995)
- Yo y Mis Condiscípulos (1996)
- España Infinita (1997)
- Grecia Eterna (1999)
- La Raza Inglesa (2000)
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