(1928-1998) Militar y político camboyano, considerado responsable de Camboya bajo el régimen de los jemeres rojos (1975-1979). Nacido en la provincia de Kompong Thom, participó en la resistencia antifrancesa de Indochina liderada por Ho Chi Minh.
Pol Pot se llamaba en realidad Saloth Sar y había nacido el 19 de mayo de 1928 en la localidad camboyana de Prek Sbauv, en el seno de una familia de campesinos acomodados. El pequeño Saloth fue enviado a un monasterio budista donde se educó durante tres años, y era ya un adolescente cuando los monjes, al parecer no sin cierto embarazo, comunicaron a la familia que Saloth Sar no podía seguir sus estudios en el centro. Le costaba estudiar, explicaron. Intelectualmente, el chico no daba para mucho.
Así que Saloth se trasladó a Phnom Penh, donde su hermano mayor tenía un buen puesto como funcionario en el palacio real junto al rey Monivong. Es en esta época cuando tiene lugar una historia que quizá vaya a marcar para siempre el destino de Saloth Sar: una de sus hermanas, Sarouen, fue aceptada como integrante del cuerpo de baile de palacio, y no tardó en convertirse en concubina del rey. En la corte, Sarouen debió sufrir continuos desprecios por su condición social, y Saloth, que vivía con ella, era testigo diario de la amargura de la joven. En el adolescente empezó a
En 1946, ingresó en el ilegal Partido Comunista Indochino y más tarde realizó estudios en París, donde continuó con sus actividades políticas. Trabajó posteriormente como maestro en Phnom Penh. En 1960, participó en la fundación del Partido Popular Revolucionario Jemer (o Partido Comunista Jemer), del cual fue nombrado secretario general dos años después. En 1963, se desplazó a la selva camboyana, donde organizó el grupo guerrillero denominado Jemer Rojo. fraguarse un odio profundo hacia la clase dominante que se valía de su posición para humillar a los inferiores. (Fuente Consultada: historiaarte.net)
Durante la abierta guerra civil que siguió al golpe de Estado de Lon Nol en 1970, se alió con el príncipe Norodom Sihanuk. Después de que los jemeres rojos expulsaran del poder a Lon Nol en 1975, Pol Pot ocupó la jefatura de gobierno y dirigió la evacuación de las ciudades camboyanas, obligando prácticamente a toda la población del país a trabajar como campesinos. Pol Pot fue depuesto en enero de 1979 por los vietnamitas, que habían invadido el país; a partir de entonces, desencadenó una guerra de guerrillas contra el nuevo gobierno impuesto por Vietnam. En 1982, creó un frente común con los líderes de la oposición, el príncipe Sihanuk y el antiguo primer ministro Son Sann.
Dimitió como comandante en jefe del Jemer Rojo en 1985 y permaneció incomunicado tras el establecimiento del nuevo gobierno camboyano en 1993.
Posteriormente, siguió manteniendo en la selva el movimiento guerrillero, hasta que, el 17 de junio de 1997, los jemeres rojos anunciaron mediante un mensaje radiofónico captado en Bangkok (Tailandia) que habían detenido a su líder histórico Pol Pot, el cual se encontraba huido desde hacía varios días de su campamento en Anlong Veng, en la jungla camboyana, después de asesinar a algunos de sus colaboradores y pretender dirigirse a la frontera tailandesa.
Comenzó una guerra civil de cinco años que concluiría con la victoria de los khmer rojos, quienes el 17 de abril de 1975 tomaron la capital, Phnom Penh, tras largo asedio. Al alzarse con el poder, los nuevos dirigentes aislaron al país del mundo exterior e iniciaron una brutal reorganización de sus estructuras sociales. Dos o tres millones de habitantes de Phnom Penh y de otras poblaciones fueron obligados a trasladarse a zonas rurales, amenazados por las armas, sin provisión de alimentos, agua ni atenciones médicas. Nunca se conocerán los detalles de estas marchas forzadas, pero se estima que decenas de miles de personas murieron en sus desplazamientos a consecuencia del hambre, las enfermedades y el agotamiento. Más aún: a finales de 1975, el gobierno decretó una segunda emigración en masa cuyo balance de muertos se elevó a 600.000 (el 10 por ciento de la población).En 1976, los propios refugiados refirieron que los comunistas habían matado a millares de combatientes, funcionarios y personas influyentes del antiguo régimen. El gobierno se apoderó de la propiedad privada y suprimió los salarios de los trabajadores, a quienes se retribuyó en adelante con simples alimentos racionados. A fines de 1978, una invasión procedente de Vietnam acabaría con el despótico régimen.
Muerte de Pol Pot: El cadáver de Pol Pot (15 de abril de 1998) se encontraba tendido en la cama, cubierto sólo a medias por una sábana de color indescifrable. Llevaba puesta una camisa y unos pantalones cortos, y estaba descalzo. Junto a su cabeza, alguien había colocado dos pequeños ramos de flores y un paipay. Las únicas pertenencias que conservaba eran unas latas de conservas, una bolsa de plástico, un barreño y una cesta de mimbre.
Unos cuantos guerrilleros jemeres vigilaban el cadáver, y en una esquina de la cabaña que les había servido de vivienda, dos mujeres lloraban en silencio. Una era Sith, la hija adolescente del dictador. La otra, su segunda esposa, Mia Som, con la que llevaba una década casado en segundas nupcias mientras su primera mujer, Khieu Ponnary, se consumía recluida en un siniestro hospital psiquiátrico de Pekín.
Esto es un artículo de la revista Gente en 1977 cuando escribía sobre las injusticia del régimen autoritario de líder revolucionario Pol Pot:
El infierno está en la tierra, queda entre Tailandia, Laos y Vietnam. Se llama Camboya. Todo lo que sucede allí no es parte de un relato fantástica ni de una película terrorífica. Tampoco ha ocurrido hace tiempo. Todo pasa en estos momentos mientras usted lee estas mismas líneas.
En ese lugar, un pueblo está condenado. Es castigado con trabajos forzados, está esclavizado, torturado y muchas veces asesinado, en nombre de una ideología que se propone crear un "hombre nuevo". Camboya (la actual, la de la bandera roja) se está construyendo sobre un inmenso osario. Sobre las lágrimas y los despojos de los intelectuales, de los funcionarios, de las mujeres, de los campesinos y de los niños. Porque en esta Camboya perseguida y quebrantada, los niños ofician obligadamente de espías, de delatores de sus propias familias.
El infierno está en la tierra y se llama Camboya.
El país está sometido al "Angkar", una "organización" que es sin eufemismos, nada más y nada menos que el partido comunista camboyano. En la cumbre de esta "organización" está el "Angkar Leu", un organismo al cual los camboyanos prefieren llamar por su verdadero nombre: "el país de los muertos", ya que ninguna persona que sea obligada a comparecer ante ellos regresa jamás. En la base de] "Angkar" están los cuadros, los educadores, los que vigilan los trabajos, los jefes de aldea y los comandantes de distrito. Todos tienen una función común: el señalamiento y la muerte de quienes no piensan como ellos.
Camboya tiene siete misiones de habitantes. Es un pueblo sufrido, de trabajo, de ritos milenarios y de tierras feraces. Esos siete millones de habitantes son manejados por una máquina política y administrativa que le permite a un puñado de hombres (unos 200.000) sojuzgar a la población entera.
Hay camboyanos deportados en su mismo país. No se les perdonó la vida; simplemente se les alargó la agonía. El hambre y las enfermedades hacen estragos entre ellos. Ya no tienen fuerzas. Entre siete u ocho deben arrastrar un arado. Cuatro cucharadas de sopa de arroz es su diaria alimentación. Deben levantarse a las cuatro de la mañana y trabajar hasta las 22. la mayoría de ellos sufre-paludismo y disentería. Los soldados rojos les dicen a los enfermos que su mal "es del espíritu", y ya no les dan comida. Hay centenares de testimonios sobre estas muertes, sobre estas pesadillas que en Camboya tienen suficientes nombres y apellidos.
Se "Calcula que un millón de personas han muerto. Un millón de cadáveres son la columna vertebral de esta realidad atroz. Pero, ¿por qué' hay tanto silencio en torno a Camboya? ¿Por qué únicamente los testimonios de algunos refugiados, las notas periodísticas de "Le Point", de Parls, algunos relatos orales y algunas fotos borrosas y desgarradoras son las únicas voces que se alzan contra tanto crimen?
¿Cómo es posible el silencio de la Organización de las POS
Naciones Unidas, de la Arnnesty Internacional, por ejemplo? Hay algunas razones claras y sencillas: la flamante mayoría que ha 'creado en la ONU el tercer mundo y los países socialistas elige con cuidado a sus condenados. Jamás están entre sus acólitos.
Mientras todo este silencio continúe, esta sangrienta revolución se seguirá apoderando del poder y la muerte será el amanecer de Camboya (Tomado de "Gente").
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